Jackie Chan, cuyo nombre real es Chan Kong-sang, nació el 7 de abril de 1954 en Hong Kong, en el seno de una familia humilde. Sus padres, Charles y Lee-Lee Chan, eran refugiados de la Guerra Civil China; su padre trabajó como espía encubierto y su madre, según confesiones del propio Jackie, vendía opio para sobrevivir antes de dedicarse al teatro. Este entorno caótico marcó sus primeros años. Con un peso de 5,4 kilos al nacer, su madre necesitó cirugía para dar a luz, y la familia tuvo que pedir prestado dinero para pagar la operación, apodándolo “Pao Pao” (cañón) por su energía desbordante.

A los siete años, sus padres lo enviaron a la Academia de Drama de China, parte de la Escuela de Ópera de Pekín, tras un breve paso por Australia. Allí, durante una década, Jackie se entrenó rigurosamente en artes marciales, acrobacias, canto y actuación, bajo un régimen estricto que incluía castigos físicos. Este periodo forjó su disciplina y habilidades, llevándolo a formar parte de los “Siete Pequeñas Fortunas”, un grupo de alumnos destacados que actuaban en espectáculos. Curiosamente, su apodo “Jackie” surgió años después en Australia, donde trabajó como obrero de la construcción y un compañero lo llamó “Little Jack”, que evolucionó a “Jackie”.

Su carrera cinematográfica comenzó como extra y doble de riesgo en películas de Bruce Lee, como Fist of Fury (1972). Sin embargo, tras la muerte de Lee en 1973, los productores intentaron convertirlo en su sucesor, algo que Jackie rechazó. Decidió crear su propio estilo, fusionando artes marciales con comedia física al estilo de Buster Keaton. Su gran salto llegó con Snake in the Eagle’s Shadow (1978) y Drunken Master (1978), cintas que lo catapultaron como estrella en Asia. A diferencia de Lee, Jackie evitaba personajes serios y optaba por un humor desenfadado, realizando sus propias acrobacias, lo que le valió el récord Guinness por “más acrobacias realizadas por un actor vivo”.

En lo personal, Jackie ha enfrentado momentos turbulentos. En 1982 se casó con la actriz taiwanesa Joan Lin en una cafetería, un enlace discreto motivado por su embarazo. Su hijo, Jaycee, nació ese año, pero Jackie admitió haberlo golpeado una vez por desobediencia, algo de lo que se arrepiente. Además, en 1999 tuvo una hija, Etta, fruto de una relación extramatrimonial con Elaine Ng, un escándalo que sacudió su imagen. A pesar de ello, mantuvo su matrimonio y decidió no dejar herencia a sus hijos, planeando donar su fortuna a causas benéficas.

Profesionalmente, su salto a Hollywood llegó con Rumble in the Bronx (1995) y Rush Hour (1998), aunque confesó que no disfrutó esta última por las limitaciones creativas. Su cuerpo guarda las cicatrices de su carrera: un tapón plástico en el cráneo tras fracturarse el hueso filmando Armour of God (1986), y casi todos los huesos rotos alguna vez. Curiosamente, teme a las agujas, un contraste con su valentía en pantalla. Hoy, con más de 150 películas, Jackie Chan es un ícono global, admirado tanto por su talento como por su filantropía, como embajador de UNICEF y fundador de la Jackie Chan Charitable Foundation. Su vida, mezcla de lucha, humor y resiliencia, sigue inspirando al mundo.

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